martes, 18 de marzo de 2008









El agente morboso, de Rowena Bali, exhibe con abierto cinismo ciertos temas que han causado intensa morbosidad en las sociedades de consumo: el sexo, las drogas, la obscenidad, la transexualidad, la locura, el crimen. Es una obra repleta de dualidades, cada frase guarda un doble sentido. Presenta la vida del muchacho acomodado que adquiere bienes materiales con solo estirar la mano, en contraste con la vida del adicto que cae en la mendicidad y el delirio. Es un vivísimo registro crítico del modo de vivir de todo un sector de una generación que se afana y se desvive entre las envolturas vacías, los sentimientos huecos, los valores definidamente quebradizos y transitorios, los sentimientos encerrados en clósets más o menos pervertidos, las fugas o traspases a zonas de la realidad o la idealidad, si vale la palabra, inéditas y sofocantes, asfixiantes, con todo y las mudanzas transexuales. La prosa de El agente morboso fluye de la manera más natural y a la vez más perturbadora imaginable, es sin exageración una novedad literaria verdadera y de gran significado y contundencia.

2 comentarios:

juan josé dijo...

El agente morboso es una novela inquietante, perturbadora. A las primeras de cambio el lector cae en cuenta de que ha caído atrapado. Imposible salirse, abandonar esta ráfaga. Por un lado, vive en la novela una imaginación desbordada. Por otro, la mano maestra de una narradora que sitúa todo bajo un ritmo de vértigo y a la vez por completo natural. Lo que es real en la novela (de apariencia del todo utópica) lo es en virtud de la imaginación. Sólo fracasa lo que está fuera de ese mundo: el uso de fármacos, las alteraciones aparenciales no cuentan con la misma eficacia que lo que se desea y se sueña. El agente morboso es una novela que es mucho más que una "primera novela": es una novela de iniciación, iniciática, en el sentido en que nos lleva de un modo siempre sorpresivo a un nuevo mundo real, habitado por la sombra del deseo y la luz de un humor incisivo, punzocortante. Una novela que no hay que perder.

El agente morboso dijo...

Eres un dulce, mil gracias por tus comentarios, cómprame.